miércoles, 27 de febrero de 2013

Beneficia sistema fotovoltaico santiaguero economía cubana

Sistema Fotovoltaico instalado en el Centro de Investigaciones de Energía Solar

La conexión a la Red Eléctrica Nacional de un Sistema Fotovoltaico de 7,5 kiloWatt (kW), instalado en el Centro de Investigaciones de Energía Solar (CIES) el pasado año, propició que el país ahorrara alrededor de 1 833,3 dólares en la compra de combustible, lo que equivale a 2,91 toneladas de petróleo.
Estas cifras se sustentan en los 12,5 MegaWatt hora (MWh) de energía producidos por el sistema fotovoltaico en el transcurso de un año, superando su estimado inicial de 11,4 MWh, lo que permitió una reducción de emisión a la atmósfera de 8,750 kg de dióxido de carbono (CO2), según el Ing. José Emilio Camejo Cuan, jefe del proyecto.
A partir de la aplicación de las fuentes renovables de energía y la protección al Medio Ambiente, la instalación fotovoltaica forma parte de un proyecto de investigación desarrollado por el CIES que evalúa la aplicación de está tecnología en el país, encaminada al ahorro de energía en sustitución de combustible y la reducción de gases contaminantes a la atmósfera.
La misma está formada por 30 módulos solares de 250 Wattpico y  tres inversores de 2,3 kWp; es la segunda instalada en la región oriental después de la de Siboney de Juticí, ambas en Santiago de Cuba.
Esta instalación fotovoltaica de conexión a la red eléctrica, soportó los vientos huracanados de “Sandy” patentizando la adaptabilidad de esta tecnología ante fenómenos naturales.

viernes, 15 de febrero de 2013

Un hombre del Moncada

YANET ALINA CAMEJO FERNÁNDEZ

A 86 años de su natalicio y 60 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, emerge en la memoria la impronta del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, uno de esos hombres que el 26 de julio de 1953 apostó la vida en el peligroso “juego” de arrancarle a la tiranía servil el destino y la dignidad de Cuba.
Integraba entonces un grupo de jóvenes que, sin más idea que la de venir a entrenar a Oriente, fraguaron con su rebeldía la gesta iniciadora de una nueva etapa de lucha.
Por eso es útil evocar en víspera de su onomástico, este 17 de febrero, la huella que en su vida dejaron aquellos sucesos.
 “Aquel día cuando Armando Mestre llegó eran como las dos de la tarde y me dijo: -tenemos que salir para Oriente para unas prácticas de tiro. ¿Tan lejos para  una práctica de tiro?, le pregunté. Vamos a tirar con calibre 50 o con cañón para ir tan lejos”, así relata Juan Almeida Bosque en su libro ¡Atención! ¡Recuento!.
De esta forma comenzaba un largo camino en la vida revolucionaria de aquel albañil del capitalino reparto Poey.
Salieron de La Habana el 24 de julio, con el pretexto de acudir a los carnavales de Oriente. Pocos se conocían y las dudas revoloteaban en su cabeza.
“En aquellos momentos me acudían las naturales preguntas: ¿dónde será?, ¿cómo será?, ¿a qué distancia estará?, ¿llegaremos hoy mismo?, ¿será un lugar intrincado?, ¿con que practicaremos? ¿será un reconocimiento del lugar, del terreno, o alguna prueba de resistencia con caminatas por los montes?, ¿Cuántos días estaremos por aquí?. No habían dicho cuántos, pero aquello no podía  prolongarse mucho tiempo, pues me podía quedar sin trabajo.”
Ya en Santiago de Cuba, el 25 por la tarde, entre el repiqueteo de los tambores y la alegría y algarabía de las fiestas populares fueron a una casa en Bayamo no. 26 donde vivía Emilio Albentosa Chacón también asaltante al cuartel Moncada y de allí fueron para  Celda No. 8. Después de las 10 de la noche se dirigieron para la Granjita de Siboney.
“Antes de la partida, cuando repartieron los uniformes. Le dije a Melba: -yo quiero uno de sargento. Sargento no -me dijo- porque no tienes el tipo, no eres alto, ni fuerte, ni gordo, ni barrigón para dar un sargento de la tiranía. Efectivamente soy delgado, con cara de no mandar a nadie por lo extenuado que estaba del viaje desde La Habana hasta Oriente y los días sin comer casi nada.
“A la hora de repartir las armas, pedí un M-1, un Springfield o una pistola. Me dijeron: - no, no, nada de eso hay aquí. A ti lo que te toca es un fusil calibre 22. Aquello me  enfrió, al pensar que con esas armas íbamos a un combate, y aún más cuando después supe que era para atacar la fortaleza del Moncada, la segunda del país.
“Antes de partir para el ataque, después de las palabras de Fidel que fortalecieron mis sentimientos morales, me dije: -arriba con los valientes que hay aquí, ni más que ellos, ni menos. Cuando un hombre da  un paso al frente, sólo queda atrás herido o muerto”.
Era la mañana de la Santa Ana y 119 combatientes salieron prestos a dar su vida por la independencia cubana. Liderados por Fidel Castro, un grupo se dirigió a la Posta tres del otrora cuartel Moncada. Ahí venía Almeida. El carro de la avanzada con ocho asaltantes irrumpió los muros del Moncada y seis compañeros cayeron en combate. La acción fue un fracaso. El factor sorpresa falló y delató a los jóvenes del centenario. Sin embargo el coraje de estos héroes patentizó el Día de la Rebeldía Nacional.
Ahora recuerdo que a la Granjita llegamos un puñado de hombres en un auto que traía más de lo habitual. Regresábamos del Moncada por aquella carreterita estrecha de Siboney. Estábamos  cansados, agotados y sin parque.
“Miré todo aquello nuevamente, quizás por última vez. Todo estaba regado, las cajas abiertas donde venían los uniformes y algunas armas, otras las sacaron del pozo y del falso techo; papeles dispersos, tal y como los habíamos dejado por la madrugada, cuando salimos para el Moncada. Miré de nuevo buscando sin saber qué, hasta que alguien dijo: - vamos, vamos. Y seguimos a Fidel, quien había dicho que el que quisiera  lo siguiera.
“Me preparo para luchar y cambiar este sistema oprobioso… ¿Cómo será el cambio? No sé. Algo si tengo bien claro cada día más: hay que cambiarlo todo a cualquier precio, incluso con la vida.”

jueves, 7 de febrero de 2013

20 años de impacto social, humano y científico


Centro de Biofísica Médica

El desarrollo de las ciencias y la innovación tecnológica, dedicados a salvar vidas y mejorar la calidad de existencia de los humanos, han marcado el devenir del Centro de Biofísica Médica, único de su tipo en el país, el cual cumplirá el próximo 10 de febrero, 20 años de creado.
Ubicada en la Universidad de Oriente, esta institución investiga los campos del electromagnetismo teórico y aplicado de la resonancia magnética, así como la fabricación y comercialización de equipos médicos, en aras de satisfacer las necesidades de salud y formación especializada del mercado nacional e internacional.
Los equipos de resonancia magnética producidos por sus especialistas están considerados como la obra cumbre de la ingeniería industrial en los últimos 50 años en el territorio cubano, como es el caso del primer tomógrafo de resonancia magnética GIROIMAG 01realizado en el país, en 1990.
Y eso fue lo que dio pasó a la creación del Centro de Biofísica Médica, inaugurado el 10 de febrero de 1993, por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que en medio del periodo especial dedicó tiempo, recursos y energía para crear un centro de investigación que mucho ha favorecido a los servicios médicos cubanos.
Entre los logros más significativos están la fabricación de tres generaciones de tomógrafos con características diferentes, instalados por más de diez años en los hospitales Juan Bruno Zayas de Santiago de Cuba, el CIMEG de La Habana y el Lucía Iñiguez de Holguín.
 También el diseño e implementación de sistemas para el almacenamiento y transmisión de Imágenes Médicas Multimodales (PACS), a partir del sistema Imagis y aplicaciones que soportan el estándar internacional DICOM 3.0.
A su vez, realiza estudios de factibilidad y asesoría para la ejecución de redes de imágenes médicas en hospitales, clínicas y centros de diagnósticos radiológico.
Otro de los méritos es haber creado el fotopletismógrafo digital ANGIODIN PD 3 000, un sistema microcontrolado diseñado para el diagnóstico precoz y no invasivo de las afecciones circulatorias periféricas que con mayor frecuencia son tratadas en el Laboratorio de Hemodinámica Vascular. Este equipo está instalado en 40 hospitales de la nación.
El Centro de Biofísica Médica ha contribuido a resolver problemas sociales en el plano de la salud, al insertar equipos tecnológicos, producto del trabajo científico desarrollado por sus más de 80 especialistas.
Según su director general, Manuel Arsenio Lores Guevara, se encuentra en constante avance pues nuevas líneas de investigación conforman los proyectos.
“En colaboración con la Universidad de Oriente, estamos haciendo un exoesqueleto para miembros superiores, basado en la detección de la intencionalidad del movimiento a partir de electromiografía, con fines de rehabilitación en estudios de biofeedback.
“Se está construyendo una instalación para la rehabilitación asistida de la marcha, que implica no solamente cuantificar los errores de la marcha durante el movimiento, sino obligar que la persona los corrija de una manera automática, en una instalación propiamente de rehabilitación, en estos momentos, eso no existe en el país.
“También desarrollamos nuevos estudios en el campo de la tomografía axial computarizada, haciendo optimizaciones de la dosis que se recibe de estos equipos de rayos x, que es una reacción ionizante con riesgos para la vida.
“Esos métodos permiten que con una menor dosis de radiación ionizante se obtenga una imagen del paciente con calidad similar a la que se logra con dosis más altas, lo que repercute en el ahorro y la conservación del tubo de rayos x, y, sobre todo, favorece a la salud de las personas y de los técnicos.
“Este aniversario se dedicará, a honrar el trabajo y el aporte de quienes crearon el centro y, en particular, al Premio Nacional de Física por la obra de toda la vida, que recibió en 2012 el profesor Carlos Alberto Cabal Mirabal, fundador y director por 12 años de esta institución”, destacó Lores finalmente.
La entrega, compromiso e incondicionalidad total con el trabajo, se respira en esta entidad, no solamente con la faena científica sino  con la cotidianidad del día a día.
Entre los lauros que atesora el colectivo están la condición de Vanguardia Nacional otorgada por la Central de Trabajadores de Cuba durante 16 años consecutivos, siendo uno de los dos centros de Santiago de Cuba honrados con esta distinción el pasado año.
Para orgullo de los santiagueros, la alta preparación de profesionales de este territorio ha permitido a Cuba contar con una institución que convierte el conocimiento en soluciones de considerable impacto social, humano y científico. Eso ha sido Biofísica Médica en sus primeros 20 años, un gestor de la ciencia a favor de la vida.

lunes, 4 de febrero de 2013

La autopsia de Sandy

Llegó en la oscuridad de la noche aquel 25 de octubre, como ladrón que sorprende a su víctima, y estremeció a una provincia que, durante más de un siglo, no había sido azotada directamente por un fenómeno meteorológico tan fuerte.
Transcurridos tres meses de que Sandy fustigara el territorio oriental, investigadores y especialistas del Instituto Nacional de Meteorología y del de Oceanología de Cuba, con la ayuda de sus homólogos en Santiago de Cuba, presentaron, en el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución, el informe técnico sobre el huracán en su recorrido por Cuba.
Nuevas precisiones referentes al lugar por donde entró el ojo, la hora exacta, la velocidad de los vientos y la categoría, cuestión altamente discutida entre santiagueros, fueron elementos que arrojaron los estudios finales del fenómeno, recopilados después de la aglomeración de datos de las diferentes estaciones meteorológicas, así como de la evaluación póstuma de los daños en el terreno.
El Dr. José Rubiera, director del Centro Nacional de Pronóstico, destacó que Sandy entró a tierra santiaguera a la 1 y 25 am, por un punto al este de Cañiso, municipio de Guamá, a unos ocho kilómetros al oeste de playa Mar Verde y como un huracán categoría tres, y no dos, como se dijo al principio.
“En el caso de Sandy, con los datos reportados de un avión de reconocimiento de los Estados Unidos al sur de Santiago de Cuba, en la noche del 24 de octubre, los vientos de 175 kilómetros por hora, daban un categoría dos, que fue con lo que se dijo que había llegado.”
“Sin embargo, con los datos que pudimos analizar con posterioridad llegamos a la conclusión de que estimábamos unos vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora, que le daba a Sandy la categoría tres, en su escalón más bajo”, comentó Rubiera.
De esta forma queda solucionada y respondida una de las tantas interrogantes que aún se preguntan miles de santiagueros, aunque para muchos, que experimentaron la furia de este suceso, Sandy sobrepasó la escala de Saffir-Simpson.   
En Santiago de Cuba los mayores estragos fueron causados por el viento y el mar, ya que las lluvias no fueron tan significativas, más bien, fue un huracán seco.
La ciudad capital recibió los fuertes vientos del sector delantero derecho, quedando en la pared del ojo, zona donde se concentran con más intensidad los vientos.
La topografía de la urbe, en la que se incrementa la elevación del terreno desde el mar a la zona pre-montañosa, así como también las edificaciones favorecieron el aumento de los mismos, registrando rachas máximas de 265 kilómetros por hora.
Según José Rubiera, un asunto curioso es que hay reportes confirmados de que existieron minitornados en ese transcurso, los que ocasionaron grandes daños en algunas zonas, muy superiores a los del huracán en si.
La surgencia (sobre-elevación del nivel del mar) alcanzó los dos metros en sitios como el cayo, la socapa, el litoral, Siboney, entre otros, existiendo olas de aproximadamente ocho metros de altura, en lugares costeros.
Tan solo tres horas fueron necesarias para que “Sandy” o “El leñador”, como también se le conoce, recorriera una provincia  y devastara su ecosistema, infraestructura social, plantaciones agropecuarias,  y todo lo que se encontró a su paso.
Su centro salió al mar por la provincia de Holguín, aproximadamente a las seis de la mañana, del 25 de octubre. Después de pasar por Cuba, Sandy se debilitó y cruzó por las Bahamas como categoría uno.
Nació el 22 de octubre y en el transcurso de 10 días mató a más de 150 personas y causó daños de decenas de miles de millones de dólares en varios países del mar Caribe y la costa este de Estados Unidos.
Su nombre quedará, por largo tiempo, en la memoria de los santiagueros.