Tomado de Luis Sánchez del Toro, periodista del Sierra Maestra
Para la población santiaguera, la madrugada de este 25 de octubre será por siempre inolvidable, la mayoría de sus pobladores renunciaron al plácido sueño y estuvieron alerta ante la presencia del huracán Sandy que a su paso por el territorio dejó considerables pérdidas humanas y materiales.
Desde el mismo momentos de su llegada en horas de la madrugada por la zona de la Playa de Mar Verde, a unos 14 kilómetros aproximadamente al suroeste de la ciudad de Santiago de Cuba, a pesar de las adopciones de las medidas tanto en las fases informativa, de alerta como de alarma por el Consejo de Defensa Provincial (DP), era eminente el peligro y las consecuencias desastrosas que traería tanto para la economía y la población en general.

Transcurridas varias horas del paso de ese fenómeno meteorológico, aún en las calles de la populosa ciudad están presentes numerosos árboles, postes de electricidad y telefónicos derribados por los fuertes vientos que impiden el paso de vehículos y hasta de las personas por importantes arterías de la urbe oriental, además de mantenerse casi la totalidad de la población sin corriente eléctrica y serias afectaciones en las comunicaciones.

Desde los primeros momentos en que se aplacaron los fuertes vientos, disminuyó la lluvia y el esclareció el amanecer aún nublado, las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia, acompañado por el General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa Martín, Viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Jefe de la Zona Estratégica Oriental del país, evaluaron en el terreno y durante un recorrido aéreo los daños ocasionados por el huracán en la ciudad y del Parque Nacional Baconao.

La jornada de este viernes reunía en las calles a muchos santiagueros, quienes después de enfrentar las difíciles situaciones y problemas ocasionados en sus hogares, se dirigían a sus centros de trabajo para apoyar en la limpieza y restablecimiento de la actividad laboral, en tanto otros concurrían a la red comercial y los mercados en busca de provisiones y recursos indispensables para el hogar.
En las principales actividades económicas de la provincia –agricultura, industria y los servicios- se comenzaba a trabajar. Los santiagueros conscientes de los daños están convencidos de que saldrán adelante, pero con mucho trabajo, sacrificio, esfuerzo, disciplina y consagración.
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