Infinitas
veces he escuchado decir que el saber hace grande al hombre, de ahí que educar a la población en el conocimiento de los riesgos ante fenómenos
naturales contribuirá en gran medida a disminuir los daños personales y
patrimoniales.
Diversos
científicos han llegado a la conclusión de que “todas las catástrofes que nos
aquejan tienen un componente humano, donde más daños ocurren, y hay más
víctimas, es por lo general, donde estamos mal preparados. El conocimiento y la
preparación minimizan los riesgos.”
Cuba,
y en especial nuestra provincia, está ubicada en una zona de intensa actividad
sísmica, donde se registran diariamente por la Red de Estaciones del Servicio Sismológico
Nacional, alrededor de 11 temblores de tierra, la mayoría imperceptible a los
humanos, de estos, siete son en Santiago de Cuba.
En
el 2012 se reportaron en el archipiélago cubano un promedio de 4 112 eventos
sísmicos, de ellos 12 perceptibles.
Según
especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS),
esta sismicidad, aunque no es extraña, si resulta no común, debido a que de los
12 eventos perceptibles, ocho fueron en la parte centro-norte del país, que
recoge las provincias que van desde Villa Clara hasta Camagüey.
Refieren
además que este año se destacó por su baja liberación energética, sólo un
evento superó la magnitud 4.0 en la escala Richter y se localizó en la Zona de Actividad Sísmica
Bartlett, al sur de la región oriental, significando la elevada acumulación de
tensiones que se está experimentando en las diferentes zonas.
Aunque
la ciencia actual no ha encontrado la manera de predecir un sismo, por lo que
no se puede saber por adelantado cuando ocurrirá uno de importancia, sí existen
ciertas medidas básicas de seguridad que se pueden adoptar antes, durante y
después de un temblor de tierra de gran intensidad.
Ante
un terremoto debemos saber comportarnos de acuerdo al lugar donde nos
sorprenda, pues estos apenas duran unos segundos.
Si
sabemos cómo actuar y reaccionamos con rapidez, las posibilidades de que
suframos pérdidas serán muy pocas.
Aunque
en nuestro país el Estado se ocupa de la protección de personas y bienes,
mediante la organización de la Defensa Civil,
es necesario que cada individuo y familia estén preparados para actuar
correctamente en caso de ocurrir uno.
fotografía de un edificio derrumbado en el terremoto de 1932, en Santiago de Cuba. Sismo más intenso sentido por los santiagueros |
Medidas
preventivas…
Lo primero es evaluar los lugares donde podamos
refugiarnos, ya sea en el hogar o en los centros estudiantiles y de trabajo;
platiquemos en casa o en las instituciones acerca de estos fenómenos, lo que contribuirá
a aumentar nuestra cultura sísmica; tengamos a mano los números telefónicos de
emergencia, un botiquín, de ser posible un radio portátil y una linterna con
pilas; porte siempre una identificación.
En la construcción de edificaciones cumpla las normas
de construcción y uso del suelo establecidas, recurra a técnicos y
especialistas para la cimentación o reparación de su vivienda, de este modo
tendrá mayor seguridad ante un sismo. La ingeniería símica evita la pérdida de
vidas humanas.
En el instante en que ocurra un terremoto conserve la
calma y tranquilice a las personas de su alrededor, si tiene oportunidad de
salir rápidamente del inmueble hágalo inmediatamente, pero en orden, recuerde no
gritar, correr, empujar, y dirigirse a una zona segura; evite utilizar elevadores
y escaleras; aléjese de libreros, vitrinas, estantes u otros muebles que puedan
deslizarse o caerse, así como de las ventanas, espejos y objetos de cristal.
En caso de encontrarse lejos de una salida, se
recomienda ubicarse debajo de un marco de puerta, esquina o columna, cubrirse con
ambas manos la cabeza y colóquelas junto a las rodillas. Una vez terminado el
sismo desaloje el inmueble y mantenga la calma.
Si se encuentra en la calle aléjese de edificios,
muros, postes, cables y otros objetos que puedan caerse, de ser posible vaya a
un área abierta lejos de peligros y quédese ahí hasta que termine de temblar.
Una vez pasado el evento sísmico, efectúe con cuidado
una completa verificación de los posibles daños de la casa, no encienda
cerillos, velas, cocinas de gas o aparatos eléctricos, hasta asegurarse de que
no haya fuga de combustible, en caso de que así sea, repórtelas inmediatamente
y localice a los bomberos.
También evite pisar o tocar cualquier cable suelto o
caído, encienda la radio para enterarse de los daños y recibir información; colabore
con las autoridades y esté preparado para futuros sismos (llamados replicas),
estas generalmente son mas leves que la sacudida principal, pero pueden
ocasionar daños adicionales; aléjese de los edificios dañados y no propague
rumores.
Estas u otras medidas contribuirán a salvar nuestras
vidas y la de los seres queridos.
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