miércoles, 13 de marzo de 2013

Sismos: Más conocimiento, menos daños


Infinitas veces he escuchado decir que el saber hace grande al hombre, de ahí que educar a la población en el conocimiento de los riesgos ante fenómenos naturales contribuirá en gran medida a disminuir los daños personales y patrimoniales.
Diversos científicos han llegado a la conclusión de que “todas las catástrofes que nos aquejan tienen un componente humano, donde más daños ocurren, y hay más víctimas, es por lo general, donde estamos mal preparados. El conocimiento y la preparación minimizan los riesgos.”
Cuba, y en especial nuestra provincia, está ubicada en una zona de intensa actividad sísmica, donde se registran diariamente por la Red de Estaciones del Servicio Sismológico Nacional, alrededor de 11 temblores de tierra, la mayoría imperceptible a los humanos, de estos, siete son en Santiago de Cuba.
En el 2012 se reportaron en el archipiélago cubano un promedio de 4 112 eventos sísmicos, de ellos 12 perceptibles.
Según especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), esta sismicidad, aunque no es extraña, si resulta no común, debido a que de los 12 eventos perceptibles, ocho fueron en la parte centro-norte del país, que recoge las provincias que van desde Villa Clara hasta Camagüey.
Refieren además que este año se destacó por su baja liberación energética, sólo un evento superó la magnitud 4.0 en la escala Richter y se localizó en la Zona de Actividad Sísmica Bartlett, al sur de la región oriental, significando la elevada acumulación de tensiones que se está experimentando en las diferentes zonas.
Aunque la ciencia actual no ha encontrado la manera de predecir un sismo, por lo que no se puede saber por adelantado cuando ocurrirá uno de importancia, sí existen ciertas medidas básicas de seguridad que se pueden adoptar antes, durante y después de un temblor de tierra de gran intensidad.
Ante un terremoto debemos saber comportarnos de acuerdo al lugar donde nos sorprenda, pues estos apenas duran unos segundos.
Si sabemos cómo actuar y reaccionamos con rapidez, las posibilidades de que suframos pérdidas serán muy pocas.
Aunque en nuestro país el Estado se ocupa de la protección de personas y bienes, mediante la organización de la Defensa Civil, es necesario que cada individuo y familia estén preparados para actuar correctamente en caso de ocurrir uno.

fotografía de un edificio derrumbado en el terremoto de 1932, en Santiago de Cuba. Sismo más intenso sentido por los santiagueros
Medidas preventivas…
Lo primero es evaluar los lugares donde podamos refugiarnos, ya sea en el hogar o en los centros estudiantiles y de trabajo; platiquemos en casa o en las instituciones acerca de estos fenómenos, lo que contribuirá a aumentar nuestra cultura sísmica; tengamos a mano los números telefónicos de emergencia, un botiquín, de ser posible un radio portátil y una linterna con pilas; porte siempre una identificación.
En la construcción de edificaciones cumpla las normas de construcción y uso del suelo establecidas, recurra a técnicos y especialistas para la cimentación o reparación de su vivienda, de este modo tendrá mayor seguridad ante un sismo. La ingeniería símica evita la pérdida de vidas humanas.
En el instante en que ocurra un terremoto conserve la calma y tranquilice a las personas de su alrededor, si tiene oportunidad de salir rápidamente del inmueble hágalo inmediatamente, pero en orden, recuerde no gritar, correr, empujar, y dirigirse a una zona segura; evite utilizar elevadores y escaleras; aléjese de libreros, vitrinas, estantes u otros muebles que puedan deslizarse o caerse, así como de las ventanas, espejos y objetos de cristal.
En caso de encontrarse lejos de una salida, se recomienda ubicarse debajo de un marco de puerta, esquina o columna, cubrirse con ambas manos la cabeza y colóquelas junto a las rodillas. Una vez terminado el sismo desaloje el inmueble y mantenga la calma.
Si se encuentra en la calle aléjese de edificios, muros, postes, cables y otros objetos que puedan caerse, de ser posible vaya a un área abierta lejos de peligros y quédese ahí hasta que termine de temblar.
Una vez pasado el evento sísmico, efectúe con cuidado una completa verificación de los posibles daños de la casa, no encienda cerillos, velas, cocinas de gas o aparatos eléctricos, hasta asegurarse de que no haya fuga de combustible, en caso de que así sea, repórtelas inmediatamente y localice a los bomberos.
También evite pisar o tocar cualquier cable suelto o caído, encienda la radio para enterarse de los daños y recibir información; colabore con las autoridades y esté preparado para futuros sismos (llamados replicas), estas generalmente son mas leves que la sacudida principal, pero pueden ocasionar daños adicionales; aléjese de los edificios dañados y no propague rumores.
Estas u otras medidas contribuirán a salvar nuestras vidas y la de los seres queridos.

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