Cuenta la historia que aquella casita de color blanco y
rojo, ubicada en la carretera de Siboney, llamó la atención de Fidel Castro y
Ernesto Tizol cuando ideaban los planes para el asalto al cuartel Moncada en la
ciudad de Santiago de Cuba, en abril de 1953.
“Qué, ¡Te parece buena!, exclamó Fidel. Creo que sí, a
primera vista…, respondió Tizol. Y así la “Villa Blanca” del comerciante
santiaguero Sr. José Vázquez Rojas, dejó de ser casa de recreo para convertirse
en el campamento general que albergó a los jóvenes del centenario la noche
antes del 26 de Julio.
Hoy, a 60 años de esos sucesos, la “Granjita Siboney” sigue
protegiendo y atesorando la memoria de los hechos que enaltecieron el Día de la Rebeldía Nacional.
Fundado el 23 de julio de 1965 como museo la instalación
cuenta con siete salas de exposición que permiten conocer sobre los antecedentes,
preparativos, la acción y las consecuencias del asalto al cuartel
Moncada, a través de muestras fotográficas, paneles y objetos.
Entre estos se encuentran el fusil M-1 semiautomático de
culata plegable, de las pocas armas de potencia que llevaron los
revolucionarios a la acción; rifles de tiro deportivo y algunos uniformes
manchados de sangre que no presentan impactos de bala, demostrando así los
crímenes cometidos con los jóvenes.
Se exhiben también objetos personales de los asaltantes,
documentos y llaves de automóviles, así como casquillos y balas de los
empleados en las prácticas y el combate respectivamente. Además se expone parte
del mobiliario original decorado en blanco y rojo según los colores que
predominan en la casa, el pozo seco donde fueron escondidas las armas y los
tres gallineros, que fueron realizados con el pretexto de la crianza de
gallinas y donde se escondieron los automóviles que trasladaron a los
asaltantes hasta el cuartel.
Un nuevo elemento expositivo en este sitio será el
automóvil que utilizaría Abel Santamaría
en la ciudad de Santiago de Cuba para los preparativos de la acción, el único
que se ha podido recuperar de aquellos hechos y que, en estos momentos, se restaura
por los especialistas de CubaTaxis, según dijeron directivos del museo.
Con motivo de la celebración de un aniversario más de la
gesta moncadista, la “Granjita Siboney”, fue sometida a una remodelación
general de sus áreas y salas.
Vilma González Vives, técnica en museología de la institución,
informó que a principios de julio se comenzó la rehabilitación de la entidad por
parte de los trabajadores y estudiantes de la escuela taller Ugo Luisi de la Oficina del Conservador de
la Ciudad, así
como por otros organismos y entidades del territorio.
“Se reparó la canal y el techo de la casa; las puertas y
ventanas fueron remozadas; las paredes descorchadas y se pintó todo el inmueble.
También fueron renovados algunos objetos museables como el juego de sala y las
camas utilizadas por las heroínas Haydee Santamaría y Melba Hernández, entre
otros”, puntualizó González.
En esta tarea de preservación laboraron además una brigada
de la Forestal Gran
Piedra Baconao, perteneciente a la Agricultura, que acometió la reconstrucción de
los gallineros, devastados por el pasó del huracán Sandy, así como el
restablecimiento de la cerca perimetral desarrollada por la Empresa Pecuaria Caney.
Comunales también apoyó con la reforestación de las áreas
verdes y la construcción de un parquecito, en un lateral del museo, para la
realización de actividades culturales, políticas y educativas.
Este museo, que cumplió ayer 48 años de fundado, atesora
entre sus reconocimiento la declaración de Monumento Nacional, la réplica del
Machete de Máximo Gómez, entregado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias y la Placa José María
Heredia, por la Dirección Provincial
de Cultura.
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