“El Moncada nos enseñó
a convertir los revés en victorias. No fue la única amarga prueba de la
adversidad, pero ya nada pudo contener la lucha victoriosa de nuestro pueblo. Trincheras
de ideas fueron más poderosas que trincheras de piedras.
“Nos mostró el valor de
una doctrina, la fuerza de las ideas y nos dejó la lección permanente de la
perseverancia y el tesón en los propósitos justos.
“Nuestros muertos
heroicos no cayeron en vano. Ellos señalaron el deber de seguir adelante, ellos
encendieron en las almas el aliento inextinguible, ellos nos acompañaron en las
cárceles y en el destierro, ellos combatieron junto a nosotros a lo largo de la
guerra. Lo vemos renacer en las nuevas generaciones que crecen al calor
fraternal y humano de la
Revolución”.
Valoración de Fidel Castro sobre los hechos del 26 de julio
de 1953
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